- 歌曲
- 时长
简介
Nace una estrella Lo primero que hay que decir es que Florencia Cuenca es linda… y lo es porque tiene conciencia de la importancia de su imagen desde que tenía tres años de edad, cuando debutó en los escenarios al lado de su padre, el bienamado comediante Enrique –El Polivoz–. Lo es también porque tiene gracia natural, ángel, es dedicada, disciplinada, ha ido desarrollando paulatinamente su técnica vocal y su voz, ah su voz, llena de matices su rango de mezzosoprano dramática. Con todas esas cualidades, Florencia ama el Teatro Musical, género en el cual ya ha formado parte de diversos elencos y del cual ha extraído el material para conformar su propio espectáculo y esta grabación. Con los arreglos del pianista Jesús Altamira y de Jaime Lozano, el primero y hasta ahora único mexicano egresado del Programa de Graduados para Compositores de Teatro Musical de la Universidad de Nueva York, Florencia hace una especie de recorrido por la historia de los “musicals”, pues entona desde una canción de Cole Porter, que murió en 1964, hasta una de Frank Wildhorn, que nació en 1959. Su propósito es, entonces, desvincularse de los temas más conocidos, para contribuir a la creación de lo que ella y su equipo llaman “Los Nuevos Standards”. Florencia y Jaime no se conformaron con elegir las canciones… por el contrario, emprendieron una labor que pocos han intentado y que es la traducción y adaptación de las letras al español. Eso parece empresa fácil, pero la realidad es que conservar las intenciones de una canción, sin descuadrarla y conservando los golpes rítmicos originales, es casi una hazaña. Y lo es porque lo común es escuchar traducciones insípidas, repletas de errores de sintaxis lingüística y musical. Este compacto se titula AQUÍ, por la canción “I’m here”, extraída del musical The Color Purple, que se estrenó en Broadway en el mes de diciembre de 2005. Es la historia de Celie, desde que su propio padre la embaraza, hasta las vicisitudes de su azarosa existencia durante 3 décadas. Florencia entona este tema, que en su versión original interpretara LaChanze, con innegable capacidad histriónica… con la convicción de que es lo que quiere ser y de que está donde realmente quiere estar. “Just one of those things”, tema emblemático de Jubilee, se transformó en Sólo un desliz. Y este tema, que ha sido interpretado por algunas de las figuras más relevantes del mundo del espectáculo, como Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Bing Crosby y Frank Sinatra, adquiere un aire novedoso con las intenciones jazzísticas del demandante arreglo y con la comprensión cabal del significado de las palabras por parte de Florencia Cuenca. En su repertorio destaca, desde luego, la canción del genial Stephen Sondheim titulada originalmente “Losing my mind” y rebautizada en nuestro idioma como Loca al pensar. El compositor neoyorkino, quien es admirado por la crítica y los conocedores, resulta demasiado sofisticado para quienes siguen creyendo en la superficialidad de Broadway. En Follies, Sally Durant Plummer, uno de los cuatro personajes protagónicos de la obra, confiesa su amor de siempre por el marido de Phyllis, su amiga y compañera de antaño. Y Florencia, que está aún lejos de alcanzar sus primeros 25 años de vida, frasea la canción de tal manera, que no deja duda en el auditorio de que, en verdad, está loca de amor… pero, en su caso, bien correspondida. Desde mi punto de vista, Florencia Cuenca alcanza su mejor rendimiento con “A new life”, la canción de Wildhorn y Bricusse del musical Jekyll & Hyde, estrenado en la Vía Blanca en 1997. Lucy Harris, la principal figura femenina de la obra, reflexiona sobre su ingente necesidad de comenzar de nuevo, de hallar la oportunidad de representar otro papel. La interpretación de Florencia es conmovedora e invita a la reflexión, que debiera ser una de las mejores consecuencias de escuchar música. Mi vida es una gran canción, pero Florencia alcanza un nivel tal, que no es difícil presagiar para ella una carrera brillante y muy satisfactoria. Florencia Cuenca, con la asesoría y la comprensión de Jaime Lozano, está llamada a ser una figura de las artes escénicas en México. Yo estaría seguro de que lo logrará, si no fuera porque, con frecuencia, las cualidades no necesariamente llevan al reconocimiento. Nuestro medio artístico, como casi todo en el país, está en permanente crisis. Aunque estoy convencido de que no siempre será así. Germán Palomares Oviedo Septiembre 2015