¿Qué me lleva a sumergirme en la poesía musical cubana en este “Camino a Santa Clara”? Sinceramente, no fue una decisión como tal, racional y premeditada. Fue un flechazo, y sentí que debía hacerlo. Llegué a Cuba de la mano de uno de los músicos más grandes que para mí ha dado ese país. Me enamoré de su tierra, de su gente, de la magnética ciudad de Santa Clara y de su familia. Y Los Fakires son parte de ella. Para quienes no los conozcan, Los Fakires son toda una institución en Cuba por su total entrega a la música durante cinco décadas, por su sonoridad única y por su enorme talento. En sus comienzos, su repertorio mezclaba colores de diferentes latitudes, pasando del pop al sonido “motown”, hasta que Juan José Bringuez, gran músico y saxofonista, tomó las riendas de la dirección musical hace 36 años hasta el día de hoy, para dedicarse exclusivamente a la Vieja Trova Cubana. Bajo su dirección, han recorrido la isla de Cuba y realizado giras por Asia, Europa y Estados Unidos. Una tarde de domingo, tres años atrás, en el Parque Vidal de Santa Clara, Los Fakires me permitieron cantar con ellos. Cada domingo, desde hace diecisiete años, los maestros y su público, llegado de varios puntos de la isla, vibran durante cuatro horas al compás de los ritmos y las cadencias caribeños. Esa experiencia me caló tan dentro que sentí que debía compartirla y plasmarla en un disco junto a ellos. Encontrarme con Los Fakires fue la “excusa” perfecta para grabar músicas que vienen acompañándome desde que yo era muy pequeña, cuando mi abuela ya me conmovía cantándome “Aquellos ojos verdes” como solo ella sabía hacerlo. Y otras que aprendí y estudié con minuciosa admiración, hace algunos años, cuando monté mi primer repertorio inspirado en las grandes voces y composiciones del son y el “filin” cubano como: Omara Portuondo, Elena Burke, Adolfo Guzmán, Bola de Nieve, Cesar Portillo de la Luz, María Teresa Vera o Marta Valdés. En este camino a Santa Clara me han acompañado, además de Los Fakires, de la nueva generación de la isla como: Maikel Elizarde, tresero a quien puede verse sobre los escenarios junto al cantautor
 Silvio Rodriguez; el contrabajista Gastón Joya, quien forma parte de las bandas de artistas como Omara Portuondo o Chucho Valdés; y Ariel Bringuez (nieto del director de Los Fakires y de cuya mano yo emprendí ese viaje), saxofonista en los proyectos de Javier Colina y recientemente integrante de la banda "Irakere 40", de Chucho Valdés. En este nuevo disco, además tengo la suerte de incluir colaboraciones de enormes amigos y artistas como Danays Bautista, Gladston Galliza y Chema Saiz entre otros, y el honor de haber contado con el magnífico trabajo de dos grandes del “sonido”, mi gran amigo Juan Rodríguez Berbin en la mezcla, y el maestro en “mastering”, Carlos Freitas. Ángela Cervantes.