En una sola pieza de su primer disco solista, el bajista Marcelo Córdova puede producir una reunión cumbre de personalidades de la música chilena porque siente admiración por una parte de esta historia y respeto por la historia en su totalidad. En la apertura de Viajes, la composición "Restucciana" viene a ser como la cualidad inherente de un compositor que dejó su huella en más de una generación, Antonio Restucci. Pero además el bajo fretless de Córdova saluda entre las líneas de la misma pieza al músico que calibró este sonido particular del instrumento destrastado con mucha decisión en una época de cambios, Ernesto Holman. Se entiende que Córdova, que es un ejemplar de la generación de los '90, se interese por próceres de los '70 porque ambos han sido modelos referenciales en la música de fusión, el lenguaje cuyo vocabulario expresivo mejor conoce este bajista viñamarino. Dentro de "Restucciana", que es un festín de cuerdas balanceadas "a la Restucci", se toca un pequeño pasaje de "El color de la iguana", línea de bajo descollante que Holman montó en 1981 cuando tocaba en el primer Congreso progresivo. Y al lado de Restucci y de Holman, en "Restucciana" está también Córdova, que se muestra como el enorme solista que ha llegado a ser en su instrumento, muchas veces igualado a la categoría de Christian Gálvez sin ser del todo popular como él. Su apreciación sobre la posición que debe tener el bajo eléctrico en la música está en los dos frentes. En Viajes, el suyo es un soporte de sonido y profundidad ("Madagascar") y al mismo tiempo estalla en un solismo que siendo muy ágil no es pirotécnico ("Songo for Carmen"). Eso se explica porque además de apoyar y de liderar, Córdova escribió toda esta ópera prima y por eso protege las composiciones. El bajo puede ser igual de protagonista que el piano cristalino de Lautaro Quevedo en "Fragmentos", la guitarra furiosa de Emilio García en "Chórdova" y hasta las plumillas simples de Roberto Zamora en "Toulouse". El solismo es un acto de cabildo abierto y democrático en un disco de fusiones y tantos kilómetros recorridos como Viajes: de Viña del Mar a Santiago, de Santiago a París y de París a Viña del Mar otra vez. El círculo de Marcelo Córdova está cerrado.