El nombre Miguel Ángel le sienta bien, ha de ser porque sus primeras melodías las ofrendó en la Iglesia lejos de su patria (Chile), en Argentina para ser más precisos, consecuencia de la decisión de sus padres de radicarse en dicho país cuando recién se empinaba en los 8 años. Como muchos cantantes Miguel Ángel, encuentra en el canto la forma de comunicar sus sentimientos más íntimos y logra una cercanía que solo pocos artistas pueden conseguir con el público, tan solo con cerrar los ojos y emitir alguno de sus característicos tonos agudos, seguido de algún celestial vibrato o alguna maroma que caprichosa suele sorprender al oírlo cantar. Públicos tan diversos como los de San Martín, Mendoza, General Alvear, América Rivadavia, Buenos Aires y La Pampa fueron sorprendidos testigos de cómo este niño y luego adolescente cantante se apoderaba del escenario con una potencia carismática y envolvente por lo honesto de su canto y la calidad de sus interpretaciones. Pero este joven no solo se conformó con entregar su voz a un público meramente cristiano, siguiendo el ejemplo de otros cantantes que reconocen que ellos ganaron su herencia musical por cantar en coros o bajo el alero eclesiástico. Decide expandir sus presentaciones a la música laica popular y así es que con la firme convicción de triunfar y conquistar el corazón de su tierra natal Chile, cruza nuevamente la cordillera para establecerse definitivamente ahí y comenzar una difícil pero gratificante carrera ya no solo cantando covers sino con el oficio de la composición ya desarrollado con varios temas a mostrar. Y los frutos no tardan en llegar como un humilde desconocido comienza a hacerse un nombre entre quienes lo escuchan cantar y así comienza a cantar primero en bares, luego pubs y restaurantes para luego presentarse en los más prestigiosos hoteles y casinos del país. Pero sus dotes de cantante no solo se restringen a una insuperable calidad vocal en cuanto a registro, tesitura, color y empleo innato de recursos con su voz, sino que se expande por su histrionismo y conocimiento de las tablas, al teatro musical llevándolo a participar en la compañía La Divina Comedia, dirigida por Héctor Cifuentes realizando montajes vistos por miles de personas como Jesucristo Superstar, Gatos y Simba esta última de carácter infantil, presentándose en diferentes comuna y teatros de nuestro país. Su paso por diferentes estilos musicales ha logrado que Miguel Angel sea un cantante completo y con un sello personal e inconfundible. Gracias a esto es que ha podido acompañar a artistas de renombre internacional en el ámbito musical salsero como, Maelo Ruiz (PR), Choco Orta (NY), Luigi Texidor (NY), Tirso Duarte (CUB) entre muchos más… Hoy es una de las voces más importantes de la Salsa en Chile, siendo parte de NegroSon Orquesta (www.negroson.cl), banda chilena que ha logrado mostrar un producto nacional a nivel de exportación mostrando el trabajo de la orquesta en diferentes latitudes del globo y también acompañando a grandes artistas que han visitado Chile. Miguel Angel viene abriéndose caminos, apostando a su música, composición y creatividad. Mostrando música nueva y original en un país que pide a gritos el recambio en los nombres de los artistas ya consagrados en el territorio nacional, respetando la tradición y legado de los grandes de la música en el mundo entero. Hoy es el turno de él, Miguel Angel Caballero.