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简介
D. V. Estimada Marisela: Hemos leído que es usted de Pinar del Río... ¿quisiera compartir con sus coterráneos que la leerán, quizá por primera vez, cuáles son sus remembranzas de esta tierra? M. V. Mis recuerdos de Pinar del Río son amables, es curioso que lo que más evoco son los olores. Recuerdo sobre todo el campo, el olor de la tierra, el olor a aroma quemándose en la carretera de la Coloma. El olor a mar en la playa de las Canas, y el de la tierra roja después de un chubasco, el olor a café en el tostadero frente al teatro Aída,. Recuerdo el calor familiar que tanto se diluyó por obligación en el exilio, las reuniones con todos los tíos y primos en las casas de las abuelas. Recuerdo a personajes típicos del quehacer diario en la calle… Alejo el ciego, el vendedor de billetes de lotería que tenía la voz y la risa como Louis Armstrong, Pichule, el empleado de la funeraria Monteserín, Rosa, la que vendía tamales de casa en casa, Tinguilillo, el pordiosero, Bibí la Loca, que Dios sabe por qué particular drama manifestaba su desajuste coleccionando papeles y lo que le llamara la atención guardándolos en el seno… un árbol en la Catedral en el cual me encaramaba… montar a caballo, el desenfado de una niñez protegida. ¡Uy! ¡Es una olla de recuerdos, que cuando se destapa no tiene fin!!!! Y después,… la incertidumbre sospechada en nuestros padres, el sentido de alarma que percibía en los adultos por la escasez, cada día más evidente, con el cambio de la moneda, con la “bola” de que nos podían llevar a Rusia porque el Estado tenía patria potestad sobre los niños….barajar las contradicciones de lo que oíamos en la calle con lo que oíamos detrás de la puerta de la casa… intuíamos aún sin entenderlo que la vida tal y como la conocíamos hasta entonces se estaba desintegrando. El dolor de las primeras separaciones (algunos tíos, hermanos, amigos) y finalmente la separación mía de mi padre y madre, amigos y todo lo que me era familiar. D. V. Teniendo en cuenta que muchos cubanos no han podido seguir su vida artística, le pediría que hiciera para nosotros un rápido recorrido por los momentos más significativos de esa trayectoria y aquellos momentos que no podrá olvidar... por buenos y por malos. M. V. He tenido numerosas satisfacciones en mi carrera artística, se me han concedido infinidad de premios y reconocimientos, en New York, en Miami, New Orleans, España, en Puerto Rico… y ninguno, repito NINGUNO, se puede comparar con el premio que será para mí cantar en mi tierra. Quizás mis peores momentos han sido el sufrir mi condición de cubana exiliada, de no poder actuar en mi país, de ser extranjera donde quiera que me paro, además de tener que pelear con el estigma que muchos nos impusieron por ser artistas cubanos que vivíamos fuera, por no ser panfletarios y cantar loas al sistema imperante en nuestro país. Los artistas cubanos en el extranjero hemos sido rechazados repetidamente a través de los años en muchos puntos del planeta por no ser afectos a la dictadura, por elementos soñadores que han preferido creer la propaganda, (proyectando sus propias ilusiones por la utopía)... aunque esto, gracias a Dios, cada vez sucede menos, ya no está de moda ensalzar al desgobierno cubano, y al contrario, el que lo hace, corre el peligro que lo tachen de fascista. D. V. Es usted una prolífica autora y es cantada por eminentes figuras cubanas en el exilio y otros intérpretes no cubanos, también muy reconocidos. ¿Quiénes son unos y otros? ¿Cuál de ellos ha interpretado más sus composiciones? ¿Con quién o quiénes de ellos se siente más identificada o siente que la interpretan más cercano a lo que Usted espera de las obras de su autoría? M. V. He tenido el privilegio de escribirle canciones a Celia Cruz, a Gilberto Santa Rosa, a Chirino, a Marco Antonio Muñiz, entre otros… Gilberto Santa Rosa y Chirino son los que más canciones me han grabado… en cuanto a con cuál me siento más identificada, pues, con todos… porque escribo las canciones pensando en ellos, y en el estilo de cada cual. Por supuesto que siento un enorme orgullo por que Celia haya grabado tres de mis canciones… pero en el caso de todos, es muy halagador que un colega incluya una de mis canciones en su repertorio. D. V. De todas las obras compuestas e interpretadas por Usted, ¿cuáles les son más entrañables y por qué? M. V. Las canciones forman parte de la historia personal del cantautor… sobre todo en mi caso, mis canciones tienden a ser muy autobiográficas. Claro está, hay temas que han tenido más relevancia, más eco, como es el caso del “Son de las Cuatro Décadas”, que me sorprendió la trascendencia que tuvo en mi gente… Usualmente, mis canciones favoritas son las más recientes… o las que no he compuesto todavía. D. V. Ahora pasemos a la Marisela como ser humano: ¿Cómo se describe a sí misma? Si le pidieran que escribiera su propio epitafio y no tuviera la alternativa de dejarlo en blanco, qué pondría? (Por cierto, ojalá que sea para usarlo más allá de cien años) M. V. Soy todo lo sincera que me permiten los límites protocolarios sociales… No soy buena relacionista pública, en el sentido de que el «arte» es un «producto» y se «mercadea» como si fuese una vianda. Creo en la función social de un artista, creo en el arte como medio de sensibilizar y de trascender…no soy frívola, me gusta mucho el buen humor y creo que tener sentido del humor es sinónimo de inteligencia en el individuo... soy una rara mezcla de profundidad con alegría (creo que eso es por ser cubana). Soy vegetariana por ética, practico la meditación trascendental y amo a los animales. Nunca he pensado en un epitafio porque francamente, no me importa mucho lo que pase con mi cuerpo cuando deje el cascarón, pero si fuera necesario podría escribir muchos, (me encantaría que lo escribiera un enemigo, si es que tengo alguno, porque sería más “jugoso”!) De todos modos y en plan jocoso, te envío unos cuantos! “Me comenta Dagoberto el director de Vitral que ojalá pasen cien años para ir a mi funeral. Como a todo ser viviente siempre le llega la hora, aquí de cuerpo presente descansa una cantautora. Se llamaba Maricela, y tan solo pretendía iluminar con la vela de la Poesía. Pero aquí no está su esencia, sólo materia hay aquí. búscala en alguna rama que ahora es un tomeguín.” D. V. Una pregunta que hemos hecho a Willy Chirino, a Albita, a Celia... Cuando escucha estas “palabras” que siguen, ¿qué le sugieren?: vida, Patria, libertad, Virgen de la Caridad, amor, familia, música, Dios, amistad... (le gustaría agregar otra a esta lista?) M. V. Vida: La responsabilidad de crecer y mejorar….un regalo, la posibilidad de sembrar algo, de hacer algo por otros… Patria: el orgullo de pertenecer… la identidad, la raíz. Libertad: El imprescindible derecho de todo ser… la dignidad existencial, la capacidad de escoger. Virgen de la Caridad: El tierno símbolo de nuestro sufrido pueblo. Amor: La lección fundamental de esta existencia. Familia: El concepto que echó por tierra los postulados del comunismo. Música: La matemática del alma. Dios: Yo, a su semejanza. Amistad: Un buen amigo es un familiar, pero escogido. Como oí a alguien una vez decir: “Un amigo es uno mismo con otro cuero”. D. V. ¿Cree, de verdad, en todo lo que dice en su canción “Nosotros los cubanos”? ¿Con qué intención la ha escrito? M. V. Creo ABSOLUTAMENTE, todo lo que digo en mi canción “Nosotros los cubanos”…(antes dije que mis canciones eran muy autobiográficas, con eso también implico que vuelco en ellas todos mis conceptos. He vivido tantos años físicamente lejos de los cubanos, que los puedo ver desde afuera, en perspectiva… la escribí con la intención de pretender que nos veamos más objetivamente y, - sé que inútilmente- de redimir algunos de nuestros defectos. Una persona que llamó por teléfono a una estación de radio donde se me entrevistaba, dijo: “Marisela Verena me ha hecho sentir más que nunca ORGULLOSO DE MIS DEFECTOS. He «sufrido» las fallas de carácter de mis compatriotas en todas las tierras adonde se nos juzga severamente, y debo confesar, en algunos casos, con razón. No obstante, se permea mi orgullo en la canción, ¿no? D. V. Imagine que le proponen organizar un gran concierto en Pinar del Río, de aquí a unos años, cuando pudieran venir todos los que lo desearan: ¿A quiénes de sus colegas artistas no dejaría de invitar y... teniendo en cuenta el tiempo limitado de todo concierto, qué obras le pediría que interpretara cada uno de ellos y ud misma? M. V. Si me proponen organizar un gran concerto en Pinar del Río, ESPERO que no sea de aquí a algunos años… tengo esperanza que sea mucho antes que eso… En primer lugar y sobre todo… Invitaría a casi todos mis colegas artistas que están allá y por supuesto que invitaría a mis buenos amigos Chirino y Arturo Sandoval, y a todos los que hemos vivido con el nudo en la garganta de no vivir en nuestro suelo. Y les pediría que canten o toquen lo que les dicte el sentimiento, que te aseguro será enorme. Tan monumental como el mío. D. V. Estamos en los significativos días de Año Nuevo... ¿Qué mensaje le enviaría a sus compatriotas y a los lectores de Vitral? M. V. Estamos tan acostumbrados a decir: “El año que viene en Cuba” cuando brindamos a las doce de la noche del año viejo, que precisamente este año no vamos a brindar diferente. Es muy fácil escribir y hablar conceptos y deseos y clichés… pero muy difícil si una está consciente de las dificultades constantes, diarias, que atraviesa cada cubano… de las miserias cotidianas e injustas… lo único que puedo decirle a mi gente es que no podemos perder la FE… que lo único que no podemos perder, ya que se ha perdido casi todo, es la FE. La FE en que nos vienen días mejores, FE en que el cubano podrá disfrutar de una vida más digna y más coherente con su calidad humana y su capacidad intelectual. Lo único que no nos podemos dar el lujo de abandonar es la FE. La consciencia de que nos merecemos mejores circunstancias…, la CONVICCION de que la LUZ se traga a la oscuridad y ya andamos muy cerca del final de este túnel que evidentemente necesitamos—no sabemos por qué –haber atravesado para emerger una mejor Nación y mejores personas.